Heinrich Anton Müller inventó una máquina para cortar uvas que iba a revolucionar la industria vinícola pero le robaron la idea antes de poder patentarla. El disgusto le llevó a la locura, o al menos sirvió de detonante. Fue internado en el Hospital Psiquiátrico de Münsingen (Berna) compartiendo destino con otros personajes ilustres de la esfera creativa, poetas como Robert Walser y Hans Morgenthaler, el escritor Friedrich Glauser, el escenógrafo Adolphe Appia y el bailarín Vatslav Nijinski.
Allí pasó mucho tiempo refugiado en un agujero que había cavado en la tierra. Aunque siempre protestó contra su confinamiento, supo reconciliarse con la locura, a la que convirtió en su razón de vivir. Construyó varias máquinas sin aparente funcionalidad, que parecían estar destinadas a producir energía y movimiento sin canalización alguna. Ninguno de sus inventos sobrevive, la mayoría fueron destruidos por él mismo en señal de protesta.
También realizó múltiples dibujos en toscos cartones o en papel de embalar. Creo así el universo de personajes de línea temblorosa y ondulante que tanto fascinó a Dubuffet.
Otro de sus pasatiempos era mirar por una especie de catalejo a un pequeño artilugio que nadie sabía lo que era y que los médicos interpretaron como el icono de una sex symbol.
4 comentarios:
La verdad es que es la segunda vez que me paso por aquí, aunque sin demasiado tiempo para dejar un "post decente". La primera vez me fascinó, y me dije que debía volver y leerlo todo por completo. Estás haciendo un trabajo fascinante que despierta los cinco sentidos y te acerca las personas y al arte en estado puro. Almas desnudas, sin máscaras. Continuaré visitando este lugar. Un abrazo. Zadelia.
Hola Zadelia, me alegro de conocerte. He visitado tu blog (de momento por encima, pero con ganas de bucear) y veo que tenemos muchas cosas en común (además de la misma plantilla de blogger).
Voy ahora mismo a leer el post sobre Murakami. Leí Sputnik mi amor y Tokio Blues, me gustó sobre todo el primero.
Gracias por tu visita
Un abrazo, Graciela
Gracias a ti por ser tan rápida contestando. Yo estoy bien... lo malo es que la "típica morriña gallega" a veces me deja ko. Mi blog aún está en pañales, sin mucho criterio y con lagunas inmensas, no busque en él nada interesante!
Por cierto, también me leí Sputnik mi amor y Tokyo Blues... y ufff... es que no se con cual me quedo, de verdad, y es que el universo Murakami es de las cosas más fascinantes que conozco.
En este momento estoy experimentando algo curioso, hace poco que comencé a impartir clases de fotografía en una empresa, y entre l@s chic@s hay un par de personas que sufren "trastornos" que en realidad son un misterio para mi. Yo doy clases pero no tengo acceso a sus historiales ni se me ha dado info detallada de sus situaciones. Pero sin embargo asisto emocionada a una forma de plasmar las cosas totalmente distinta. Una de es@as personas hace una fotos geniales pero que son un misterio, no me cabe duda de que "ve" algo que yo no "veo". A simple vista no dicen nada pero te quedas enganchada a sus vacíos o a sus formas extrañas.
Ya te iré contando, la verdad es que tengo un gasto extra de energía para comunicarme con ellos pero VALE LA PENA.
Un abrazo.
Publicar un comentario