Este pañuelo de ganchillo fue confeccionado por una interna del Hospital Psiquiátrico Saint Elisabeths en Washington y analizado por la Dra. Arrah B. Evarts en torno a 1918.
El nombre de la paciente era Adelaide V. Hall, ésta procedía de una familia pobre de 8 hermanos que fueron criados por su padre. La pieza narra un hecho importante en la infancia y adolescencia de la autora. Se sabe que dormía en la misma cama que su padre, y ella afirma que mantenían relaciones sexuales. La doctora Evarts interpretó este relato como una fantasía de incesto, lo que es criticado por el estudioso del arte outsider John M. MacGregor quien, 80 años más tarde, ha investigado el caso de la paciente y considera que la pieza representa hechos autobiográficos. MacGregor atribuye a la doctora el interés de la época por corroborar las teorías del psicoanálisis en sus inicios.
La madre de Adelaide falleció siendo ella muy pequeña por lo que apenas la recuerda, su hermana mayor asumió el papel de "cuidadora" durante algunos años pero pronto abandonó el hogar para formar su propia familia quedando Adelaide, aún niña, a cargo de la casa.
El resto de sus hermanos no parecen desempeñar un papel importante en la infancia de la autora, a excepción de uno que compartía cama con su padre y con ella. El padre era alcohólico y cuando bebía se volvía violento y mezquino.
Cuando Adelaide tenía 13 años su hermana mayor se la lleva a vivir con ella. Allí sufrirá un amor imposible pues se enamora de su cuñado. Se sabe que tuvo varios romances con hombres casados, uno de los cuales le contagió la sífilis.
No están claras las razones de su internamiento psiquiátrico, que tuvieron lugar en dos ocasiones. Se le diagnosticó melacolía, depresión y... aventuradamente a juicio de MacGregor, trastorno bipolar, delirios e hipocondría.
En la pieza llama la atención que las figuras aparecen identificadas con letras y números pegados sobre el tejido. También integra otros elementos no textiles, una especie de huevo colocado en la cabeza de una figura con los genitales destacados, un botón y varias arandelas. Aprendió a coser y trabajó una temporada haciendo vestidos, lo que explica su habilidad a la hora de realizar este trabajo. También confeccionó varios vestidos para bebés que nunca llegó a tener, pues según documentan los archivos del hospital, padeció varios embarazos psicológicos.
1 comentario:
Las monografías que escribes -especialmente esta- evocan un estilo de nena borgiana sintética. La alusión del tejido frente al cuadro clínico que hizo una caverna de terror la vida de A.V. Hall es tan apasionante en cuanto al análisis artístico psicológico que se desprende. Intuyo que el derrumbe de Hall debió ser poético. Intuyo también que es cuando el arte usa a capricho la biografía herida es que se dan las piezas de mayor admiración. Beso
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